Se trata de productos usados en perfumería, cosmética, aromaterapia, medicina e incluso para dar sabor a los alimentos.
Están compuestos por un gran número de sustancias, ácidos grasos, oligoelementos y vitaminas, su cantidad y sutileza, a la hora de detectarlos, hace que a menudo sea muy difícil de replicar industrialmente. Son intensamente aromáticos, no grasos, volátiles y ligeros. Son insolubles en agua, levemente solubles en ácido acético y solubles en alcohol, grasas, ceras y aceites vegetales.
Los aceites esenciales son ideales para quienes huyendo de los cosméticos industriales buscan utilizar productos de belleza y cosmética natural.
Sus beneficios son aplicables a todo el organismo, aunque se suelen utilizar para tratamientos de la piel, retrasar su envejecimiento y tratar la piel sensible o atópica, las manchas, las arrugas, las cicatrices, las estrías y el acné, así como en el caso de eccemas en bebés.
Los aceites esenciales son sustancias que se encuentran en diferentes tejidos vegetales. En las flores (como la lavanda y la rosa), en todo el árbol (como el eucalipto), en las hojas (como la citronela), en la madera (como el sándalo), en la raíz (como el vetiver), en la resina (como el incienso y la mirra) o en las cáscaras de los frutos (como la naranja y el limón).
Los aceites esenciales son la esencia de una planta, como dirían los antiguos alquimistas “el alma de las plantas”. Son líquidos concentrados con multitud de propiedades, que resultan beneficiosos para nuestro cuerpo y nuestra mente, por esta razón se llevan utilizando desde hace siglos, pueden ser sedantes, analgésicos, antibióticos, antisépticos, regeneradores celulares, etc.
Los aceites esenciales y sus innumerables propiedades pueden penetran en nuestro organismo por vía oral (no suele ser usual), a través de las vías respiratorias o por vía tópica, mediante masajes terapéuticos llevando el bienestar a todo nuestro cuerpo.
Los aceites deben ser utilizados con precaución, sólo se necesitan pequeñas cantidades para lograr el efecto deseado, ya que están muy concentrados. Algunos aceites se pueden utilizar directamente sobre la piel, muy pocos ya que en estado puro pueden llegar a quemar la piel, la mayoría deben ser diluidos en agua o en otros aceites, conocidos como aceites base.
Los aceites esenciales se oxidan por exposición al aire, por esta razón siempre deben estar protegidos de la luz, en frascos de vidrio opaco, herméticamente cerrados y preferentemente de color azul.
Deben usarse con moderación en mujeres embarazadas y niños. No deben entrar en contacto con los ojos. En caso de hacerlo es necesario lavarse los ojos con abundante agua, evitando tocarse con las manos.
Existen diferentes métodos para extraer esta preciada sustancia que dependen, sobre todo, de la zona de la planta donde el aceite esencial se encuentre más concentrado.
Destilación por vapor
Es el método más común de extracción de los aceites esenciales. Se suele utilizar con plantas relativamente resistentes cuya esencia se encuentra en partes como las hojas, el tallo, el tronco, etc. Para ello se utiliza un alambique donde se calienta el producto con el agua, el vapor pasa a otro recipiente donde al enfriarse se separa el aceite esencial del agua.
Expresión
Se utiliza en la extracción de aceites esenciales que se encuentran en la piel exterior del fruto, como los cítricos, y para obtenerlos es necesario prensar su corteza.
Maceración
Esta técnica consiste en introducir la planta durante algún tiempo en otro líquido hasta que este captura sus propiedades. Cuando la maceración se hace en aceites vegetales se llama oleato; cuando la maceración se hace en alcohol, se llama tintura.
Extracción con disolventes volátiles
Esta técnica se utiliza cuando se quiere extraer una parte muy delicada de la planta que no soportaría la destilación por vapor, como por ejemplo, los pétalos de flores como la rosa o el jazmín. Este proceso es mucho más complejo que los anteriores y se necesita una cantidad enorme de materia prima para la extracción. Por eso, los aceites esenciales obtenidos con este sistema tienen un precio muy elevado.
Para obtener los máximos beneficios de estos compuestos se debería elaborar una mezcla personalizada con los aceites esenciales que mejor convengan a nuestra piel y añadirlo diluido en un excipiente graso, como pueden ser los aceites vegetales de primera presión en frío, en una crema o un gel.
En próximos artículos hablaremos de algunos aceites esenciales sus beneficios y sus propiedades.