¿Cruzar las piernas al sentarse es un hábito perjudicial?

ssp

03 abril 2024

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¿Cruzar las piernas al sentarse es un hábito perjudicial?

Estudios realizados demuestran que cruzar las piernas es un hábito perjudicial para nuestra salud. Afecta más a las mujeres que a los hombres, debido a que a ellas les resulta más fácil adoptar esta postura, por sus diferencias anatómicas, al tener una mayor amplitud de movimiento en la cadera.

 

Este gesto automático que nos proporciona una sensación de comodidad, es en realidad un movimiento forzado que altera nuestro sistema circulatorio y nuestras articulaciones.

 

  • A nivel circulatorio:

Deben de tener especial precaución personas que padecen insuficiencia venosa crónica. Por nuestras piernas pasan algunas de las arterias más importantes de nuestro cuerpo. El hábito de cruzar las piernas contribuye a que se compriman y obstruyan, acumulando la sangre en las venas y dificultando su retorno al corazón.

 

Altera la velocidad de la sangre que circula en nuestras extremidades inferiores, pudiendo producir coágulos, también aumenta la tensión arterial, debido a esta acumulación, el corazón tiene que trabajar más para contrarrestarla. Esta es una de las razones por las que debemos tener los pies apoyados en el suelo cuando nos tomen la tensión.

 

Esta postura contribuye a la creación de varices, aunque tienen que existir otros factores para que se produzcan. Las venas tienen un espesor menor que las arterias aunque tienen mayor diámetro, por esta delgadez cualquier presión puede interferir en la correcta circulación de la sangre, provocando que se estrechen y se expandan. Para evitar la creación de varices hay que evitar estar siempre en la misma postura, cambiarla con regularidad y no estar mucho tiempo sentado, cada cierto tiempo debemos levantarnos y, si se puede, andar un poco. Hábitos saludables como el ejercicio o elevar las piernas durante algunos minutos antes de dormir también contribuirán a la mejora de nuestra circulación.

 

  • A nivel articular:

 Cruzar las piernas muy a menudo y durante largo rato puede producir cambios en la longitud de los músculos y la disposición de los huesos de la pelvis. Cruzar las piernas provoca una descompensación al ejercer el peso corporal sobre uno de los lados de la pelvis, la columna se desalinea al intentar compensar esta mala distribución del peso, aumentando la tensión muscular en la zona pélvica y lumbar, provocando dolor de espalda y a largo plazo puede producir problemas articulares, escoleosis o el síndrome del trocánter mayor, dolor en la parte externa de la cadera.

 

Otra consecuencia es la parálisis del nervio peróneo, situado tras la rodilla, cuando permanecemos durante largo tiempo con las piernas cruzadas pueden terminar durmiéndose nuestras piernas o pies.

 

Sin embargo, esta forma de sentarse no en todos los casos es negativa, puede tener algunos beneficios como el alargamiento del músculo piriforme, situado detrás de la cadera, mejora la estabilidad de las articulaciones pélvicas, personas con propensión a desmayarse pueden obtener beneficios de esta postura ya  que la presión que ejerce una pierna sobre la otra provoca que la sangre suba hacia el tórax y se incremente la cantidad de sangre bombeada por el corazón. El resultado es que aumenta la irrigación sanguínea en la cabeza y esto ayuda a disminuir el riesgo de desmayo.

 

En conclusión, mucho más importante para nuestras articulaciones y sistema circulatorio, que cruzar las piernas esporádicamente, es evitar el sedentarismo, el exceso de peso, apostar por una alimentación saludable y mantener una buena higiene postural, sentarse manteniendo la espalda erguida para no tensarla, ni sobrecargarla y mantener ambos pies apoyados en el suelo, el peso se distribuirá sobre las dos piernas y no generará presión en la pelvis, evitar permanecer en la misma postura mucho tiempo y mantener cierta actividad de forma regular, aunque si podemos corregir el adoptar esta mala postura mejor.

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