El objetivo de un maquillaje perfecto es realzar nuestro rostro de la manera más natural posible y no siempre quedamos satisfechas con los resultados, por esta razón te explicamos algunas de las claves básicas para conseguirlo.

En primer lugar debemos preparar la piel, limpiándola y tonificándola, ningún maquillaje luce en una piel con impurezas, los tratamientos faciales periódicos y una rutina diaria de limpieza de cutis al levantarnos y sobre todo al acostarnos e hidratación de la piel serán fundamentales para que nuestra piel pueda lucir perfecta o para recibir el maquillaje en caso de que así lo deseemos.

Limpiaremos nuestra piel con una crema limpiadora desde el centro del rostro, donde se concentran más las glándulas sebáceas, hacia fuera.

En segundo lugar utilizaremos un serum para aportar firmeza y nutrir las capas más profundas de nuestra dermis y aplicaremos contorno de ojos extendiéndola por encima del hueso orbital, no cerca del ojo.

Con nuestra piel ya preparada es el momento de empezar a maquillarnos.

Utilizaremos una base de maquillaje, en este paso la clave es elegir el tono correcto para conseguir un efecto natural, podemos probar los distintos tonos en el contorno de la mandíbula y después aplicarlo para cubrir las imperfecciones. Su aplicación se realizará con movimientos curvos empezando por el centro del rostro donde se concentrará más producto y al extenderlo llegará más difuminado al contorno.

Por último utilizaremos un iluminador para realzar ciertas zonas del rostro, los párpados, los pómulos y la barbilla.

Aplicaremos el resto de maquillaje, rimel, eye liner, sombra de ojos ……

Con estas indicaciones, esperamos que luzcas un maquillaje perfecto.