Por sus resultados, al Kobido también se le conoce como el “lifting facial sin cirugía». Según la filosofía del Kobido, en línea con las tradiciones orientales, la belleza surge del equilibrio perfecto entre la salud física, emocional y espiritual. Las técnicas antiguas y refinadas del Kobido buscan mantener y restaurar la armonía en estas tres ramas.
La combinación de técnicas estimulantes, delicadas y sensitivas del Kobido, aplicadas de forma sutil, rápida y rítmica, consigue un efecto de gran relajación.
Este masaje es el tratamiento natural más efectivo para mejorar la condición de la piel y minimizar el proceso de envejecimiento, recuperando su tono, luminosidad e hidratación.
Reduce y previene arrugas, flacidez y manchas en la piel. Rejuvenece y repara el tejido facial, incluidas cicatrices. Estimula el metabolismo celular, haciendo que la piel se renueve más rápidamente y elimina toxinas del rostro, previniendo el envejecimiento de los tejidos.
Esta técnica es muy eficaz para reducir el estrés, libera la tensión de los músculos faciales y del cuello. Reduciendo el estrés y la ansiedad
Mejora la circulación de la sangre y el flujo linfático, aportando mayor número de nutrientes a la piel y equilibra y armoniza la energía no solo en el rostro, sino también a nivel global.
El resultado es una piel brillante, luminosa, fresca, en un rostro sereno y radiante. Tras la sesión la persona se siente descansada, relajada, con la mente despejada, como después de un sueño profundo y reparador.