Los masajes faciales son tan necesarios para nuestro rostro como el ejercicio físico o la alimentación, ya que ayudan a mantener su estructura. Si trabajáramos los músculos de la cara como hacemos con los del cuerpo, tendríamos los párpados, los pómulos y el óvalo mejor posicionados y aportaríamos firmeza a la figura y el perfil del rostro.
Beneficios de un buen masaje facial
- Aumenta la circulación de la sangre, eliminando los productos de desecho acumulados en el torrente sanguíneo. A nivel del aparato circulatorio, reduce el ritmo cardíaco y disminuye la presión sanguínea. Al mejorar la circulación de la sangre los nutrientes y el oxígeno llegan con más rapidez a las zonas necesitadas.
- Reduce la inflamación y mejora la cicatrización de las heridas.
- Alivia el estrés emocional. El contacto de la mano del especialista proporciona confort, también regula y alivia la tensión proporcionando una sensación de calma y tranquilidad.
- Descontractura y relaja los músculos.
- Refuerza los músculos y la piel de la cara mejorando la firmeza, la piel cansada, fatigada y desvitalizada.
Los masajes faciales no deberían concebirse como un lujo, si no como una herramienta más de trabajo dentro de los tratamientos de belleza, necesarios para paliar los efectos negativos que produce el paso del tiempo en la piel.